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ESTE BLOG PRETENDE MOSTRAR LAS BELLEZAS NATURALES Y ETNOGRÁFICAS DE LA ZONA NOROCCIDENTAL DE MARRUECOS. PERTENECE A UN GRUPO DE AMIGOS QUE DESDE 2003 PRACTICA EL SENDERISMO TODOS LOS DOMINGOS POR LOS ALREDEDORES DE TETUÁN. CONTACTO: gorgueste@gmail.com

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MONOGRÁFICOS.

sábado, 5 de mayo de 2012

EL MACACO DE BERBERÍA-Macaca sylvanus (LA MONA DE TETUÁN)


ESPECIE DECLARADA POR LA UICN EN PELIGRO DE EXTINCIÓN EN 2008

Este reportaje sobre los macacos de berbería tiene como objetivo divulgar los problemas que afectan a esta especie que solo vive en el norte de África y contribuir a su conservación. Ha sido realizado por el departamento de Biología y Geología del Instituto Español Nuestra Señora del Pilar de Tetuán en colaboración con BMCRif (Barbary Macaque Conservation of the Rif) que ha facilitado la mayoría de las fotos y el asesoramiento científico. Todas las fotos forman parte de 20 carteles (180 x 80 cm), en árabe y en español, elaborados para ser expuestos en los centros escolares marroquíes.
La asociación  BMCRif se ocupa del estudio de los macacos de berbería de la zona norte de Marruecos, sobre todo de la dorsal calcárea y del Bouhachem y realiza compañas educativas y de divulgación general para promocionar su conservación.

Cuando los soldados españoles venían a cumplir el servicio militar  a la región de Tetuán, era frecuente que sus conocidos los despidiesen con esta frase: “tráeme una mona”. Así, en femenino, se conocía en España a esta especie de monos que abundaban en los alrededores de esta ciudad y en femenino seguimos  llamando a “la mona de Gibraltar”, también de la misma especie.

En la literatura española abundan las citas de la “mona de Tetuán”, un ejemplo es el poema de Calderón de la Barca “El vidriero y las monas de Tetuán” o la conocida expresión   “aunque se vista de seda la mona, mona se queda” de la fábula sobre la mona de Tetuán de Tomás de Iriarte, en la que podemos leer:

Viéndose ya tan galana,
saltó por una ventana
al tejado de un vecino,
y de allí tomó el camino
para volverse a Tetuán.

Las numerosas citas y referencias a estos monos, que se encuentran en textos literarios y en documentos  de todo tipo, a veces no muy antiguos, así como  los testimonios de las personas de más edad,  dan fe de la abundancia de estos primates en todas las zonas montañosas del norte de Marruecos y especialmente en los alrededores de Tetuán.           
El nombre científico de la mona de Tetuán  es Macaca sylvanus  y su nombre vulgar en español es también  macaco de berbería;  magot en francés, barbary macaque en inglés y zatot en dariya.   

Pertenece al Género: Macaca. Familia: Cercopithecidae. Orden: Primates. Clase: Mammalia. Philo: Chordata  o Vertebrado.
El macaco de berbería tiene origen africano y pertenece al grupo de monos del Viejo Mundo (Eurasia y África) conocidos también como catarrinos, los cuales se diferencian de los platirrinos o monos del Nuevo Mundo (América), entre otras cosas,  por tener los orificios nasales  abiertos hacia abajo o frontalmente, mientras que en los americanos se abren hacia arriba o hacia los lados.


Macaco del Bouhachem (Foto: BMCRif).

En el Pleistoceno (período que abarca desde hace 1,8 millones años hasta hace 10.000 años), estaba  en todo Europa y el norte de África, como lo confirman los hallazgos fósiles realizados en diferentes lugares de Francia, España e Italia. En el caso de España se han encontrado restos en Cal Guardiola y Vallaparadís de Terrassa (Barcelona) el año 2000 y en la cueva de Lezetxiki de Arrasate (Guipúzcua) en 2011. En el Norte de África se han encontrado fósiles de Macaco de Berbería en Egipto y hay referencias de que también había ejemplares en Túnez.

Macaco del Bouhachem sobre las ramas de un quejigo moro. (Foto: BMCRif).

Distribución actual

Es el  único macaco que habita fuera de Asia. Sólo se le encuentra de forma natural en algunas zonas de Marruecos y Argelia, en grupos fragmentados sin contacto entre sí.


Mapa de distribución según la UICN.

En Gibraltar hay una colonia introducida que se intenta que no supere los 200 individuos; estos macacos  proceden de Marruecos y Argelia.
En Marruecos vive en las zonas montañosas  del Medio Atlas, del Alto Atlas y  del Rif.

Macaco del Medio Atlas (Foto: Chris Young. Univesity of Lincoln, U.K.)

Sobre los macacos del Medio Atlas se han realizado numerosos trabajos y se tiene un conocimiento bastante preciso de ellos, mientras que los trabajos sobre los macacos del Rif han sido más escasos. Desde hace varios años, la asociación BMCRif está realizando un estudio  muy riguroso de los macacos del Bouhachem y de la dorsal calcárea y ha recopilado mucha información sobre ellos.


En el mapa adjunto se observa la distribución de los macacos en la zona estudiada del norte, pero es probable que existan otros grupos salvajes más allá de Bab Taza sobre todo en los bosques de cedros.  Hay un grupo que vive en el Gurugú (Nador), pero ha sido introducido.



Macaco con un cría en el Gurugú (Foto: Ricardo Ruiz Varea).

Aunque no son tan numerosos como en un pasado no lejano, es frecuente encontrarlos  en las cumbres de la dorsal calcárea que se extiende desde  Tetuán a Chaouen y Bab Taza y sobre todo, en los montes del Bouhachem.
En el Bouhachem se encuentran grupos con numerosos individuos ya que aún se conserva en buen estado  el bosque de roble y alcornoque con sotobosque de madroño y jara que  produce variada comida para el macaco: abundantes bellotas, sabrosos frutos y nutritivas semillas ricas en aceite, imprescindibles para que los macacos almacenen la  grasa suficiente con la que  poder  afrontar el invierno.  La elevada humedad hace crecer también gran variedad de setas, muy importantes para completar la dieta del macaco.

Macaco del Bouhachem. (Foto: BMCRif).

En la dorsal calcárea, (Bou Zaitun-Kelti-Beni Hassan-Akchour-Akra) el número de macacos es menor, ya que aunque en ella se encuentran los bosques mixtos de abetos y cedros, únicos en el mundo, en general es más seca que el Bouhachem y presenta extensas zonas sin apenas vegetación, en las cuales,  a veces, los macacos tienen grandes dificultades para encontrar alimento. Aún así, es habitual encontrarlos sobre las crestas más pronunciadas o en medio del bosque.

Macacos sobre las crestas del Kelti. (Foto: BMCRif)

Fuera de la dorsal calcárea, aunque en realidad es una prolongación de ella,  hay también un grupo de macacos en el Jebel Moussa, la montaña que junto a Gibraltar limita el Estrecho y constituye la columna de Hércules africana donde finalizaba el mundo conocido en la época clásica.

Características generales y costumbres

Las fotografías ilustran el color del pelaje y otros rasgos de su anatomía.
Machos  y  hembras tienen un aspecto físico muy parecido cuando  son jóvenes, aunque cuando son adultos, en general, los machos son algo más corpulentos, suelen  pesar entre  9 - 12 kg, mientras que el peso de las hembras oscila entre 5-9 kg. El tamaño varía entre 45-75 cm.
Carece de cola y sus extremidades anteriores y posteriores son casi de la misma longitud.
Se mueve con  mucha  agilidad utilizando las cuatro patas  para  desplazarse  por el suelo y  trepar por los árboles y las rocas.
  Se comunica con sonidos parecidos a ladridos  y  gruñidos que emite de forma repetitiva sobre todo   cuando percibe un peligro.
  En libertad tiene una vida media entre 12-15 años.

Macho con enormes colmillos en el Bouhachem (Foto: BMCRif).

Tienen fuertes mandíbulas y largos colmillos que les permite una dieta omnívora variada, en general, se alimentan de vegetales (frutos, hojas, semillas, cortezas de los árboles y raíces), de hongos y de animales  (insectos y otros pequeños invertebrados) así como de huevos de pájaros. El interior de la boca se expande en amplias bolsas o “abazones” situados en las mejillas, en los que pueden guardar tanta comida como en el estómago.

Macaco comiendo hongos de un tronco en el Bouhachem. (Foto BMCRif).

Viven en grupos familiares matriarcales de 30-60 individuos y entre las hembras existe una jerarquía. Los machos cuidan del grupo, y también entre ellos  hay uno que ostenta la jerarquía, el macho alfa. A veces muestran su autoridad abriendo mucho la boca y sacudiendo las ramas. 

Grupo de macacos junto a un lago en el Bouhachem. (Foto: BMCRif).

Tanto machos como hembras  se asean entre ellos limpiando el pelo de suciedad.
Esta práctica se rige por relaciones de parentesco o de jerarquía para obtener beneficios relacionados con el rango o la posición social.


Macaco expulgando a una cría del año anterior y con otra más pequeña sobre la espalda en el Bouhachem (Foto BMCRif).


Por la noche duermen sobre los árboles o en lo alto de las rocas para evitar a sus depredadores. Por el día el grupo se mueven buscando alimento.
Su interferencia con el hombre es escasa y cuando advierte su presencia huye y jamás lo ataca como dice la creencia popular. Pero si el hombre lo captura se puede defender con sus largos colmillos. Cuando en el bosque escasea la comida, puede bajar a los cultivos, sobre todo a los huertos y árboles frutales en busca de frutas y hortalizas, debido a esto los agricultores los han capturado y matado con frecuencia o les han lanzado a sus perros en persecución.

Las relaciones  entre los macacos de un grupo o con los miembros de otros del mismo territorio son a veces conflictivas y pueden degenerar en peleas, durante las cuales se  causan importantes  heridas con sus enormes caninos.

               
Macacos peleándose en el Bouhachem. (Foto BMCRif).

Durante la época de celo los machos del mismo grupo se agreden entre sí o pueden ser agredidos por las hembras que no los aceptan. Las peleas también pueden surgir por problemas con la comida o por comportamientos individuales que no son aceptados por algún componente del grupo.
Cuando los machos de un grupo intentan incorporarse a otro, pueden ser rechazados y a veces, la única manera de ser aceptados es atrapando a alguna cría.

Hembra con una cicatriz en el muslo. (Foto BMCRif).

Reproducción

    Hembra en celo en el Bouhachem (Foto: BMCRif).

Las hembras en edad reproductora tienen una sola cría al año que nace entre abril y junio, cuando las condiciones climáticas son más favorables y hay abundante comida.

                                    
Hembras preñadas en el Kelti (Foto: Rachid El Khamlichi).

La gestación dura unos cinco meses. El recién nacido apenas pesa 600 g y necesita ser amamantado por la madre. Es el momento más delicado de su vida por su gran fragilidad.

                         
Cría de macaco de apenas un mes, en el Bouhachem (Foto:BMCRif).

Todas las hembras y machos del grupo familiar se ocuparán de su cuidado hasta que cumpla dos o tres años y se convierta en un joven adolescente.
Al cuarto año de vida alcanza la madurez y ya puede procrear.
Las jóvenes hembras se quedan en el grupo familiar donde han nacido, mientras que los machos se dispersan y se integran en un grupo familiar diferente al suyo.

                  
Dos hembras con una cría.(Foto: Laetitia Marechal. University of Roehampton).

Especie declarada en peligro de extinción  por la UICN en 2008.

Como resultado de las diferentes acciones del hombre, directas o indirectas, los 13.000 macacos de berbería censados en 1980 en el Medio Atlas han quedado  reducidos actualmente a 3.000.
Entre las causas directas que están mermando la población está la captura para utilizarlos como mascotas o como atracción turística; entre las indirectas, la destrucción del bosque y la muerte por los perros, sin control, de los pastores.

                               
 Cría muerta por los perros en el Bouhachem (Foto: BMCRif).


Cada año son capturados en Marruecos 300 pequeños para ser vendidos a la gente que viene de vacaciones o para ser exportados ilegalmente a Europa como animales de compañía.

                           
Cría capturada ilegalmente para venderla como mascota. (Foto: BMCRif).

El pequeño prisionero, privado de los cuidados maternos, sufrirá daños físicos y psicológicos durante toda su vida que le llevarán a la tristeza y a la depresión e incluso a autolesionarse. Si se devuelven al bosque una vez que han permanecido en cautividad, no serán aceptados por los grupos salvajes y morirán de hambre al no saber buscar alimento o serán presa fácil de los perros y chacales.
La presencia de los turistas en su entorno natural, altera la tranquilidad del macaco y afecta a su bienestar e incluso a su reproducción.

Dando de comer a un macaco. (Foto: BMCRif).

El macaco necesita una dieta especializada; darle de comer cualquier cosa, puede causarle enfermedades e incluso la muerte y  pierden el hábito de buscar alimento en el bosque.
La oferta de comida hace que pierda el miedo natural al hombre y se convierta en presa fácil de los cazadores o que sean atropellados cuando salen a las carreteras a la espera del turista.

Macaco sobre un coche en busca de comida. (Foto: BMCRif).

Los macacos que se  usan para que los turistas se hagan fotos remuneradas con ellos, han sido capturados ilegalmente cuando eran pequeños y viven encerrados en cajas minúsculas.
Mal alimentados y deprimidos, se vuelven agresivos y cuando crecen, son sustituidos por otros.


                             
Macacos en Marrakech para atraer a los turistas. (Foto: BMCRif).

Los perros son  los más importantes depredadores de los macacos. Cuando atacan a los macacos por sorpresa, el grupo huye asustado, y con la precipitación de la huida, a veces los pequeños se  quedan  retrasados y se convierten en  presas fáciles de capturar. Pasado el ataque, el grupo volverá al lugar para recuperar a los pequeños perdidos. La  muerte o desaparición  de alguno de ellos  será una gran pérdida que afectará a todos los miembros, especialmente a la madre que estará  triste durante días e incluso semanas.

                                
Cría comida por los perros en el Bouhachem (Foto: BMCRif).

El bosque es necesario para la supervivencia del macaco. Cuando el bosque se quema o se tala de forma descontrolada, no solo desaparece el macaco y todas las especies que viven en él, sino que la deforestación destruye los suelos fértiles y seca los manantiales y charcas, los pueblos se quedan sin agua y aumenta el riesgo de incendios forestales.
Marruecos tiene el privilegio de tener esta especie única en el mundo, y además,  aquí se encuentra la mayor población de macacos de berbería y es por tanto el país más importante para conservar al único primate que vive en libertad en el norte de África. Por ello debe hacer todos los esfuerzos posibles para su conservación.

Todos podemos colaborar en la protección del macaco de berbería evitando comportamientos que los pongan en peligro. Su conservación es tarea de todos:

- De las autoridades  marroquíes y europeas que deben vigilar que la legislación actual se cumpla.
- De los ganaderos, que deben controlar a sus perros.
- De los turistas, que deben dejar de dar comida a los macacos que salen a las carreteras, de fotografiarse con ellos y de comprarlos como mascotas estas acciones alteran sus hábitos de vida y promocionan su captura.
- De los furtivos, que deben dejar de cazar a las crías para venderlas.